La globalización está presente en la mayoría de las facetas de la actividad humana, a nivel mundial. Sin embargo, si nos centramos en el ámbito financiero y de negocios, este fenómeno ha traído consigo el desarrollo de nuevas herramientas tecnológicas para concretar proyectos y enlazarnos con clientes a cientos de kilómetros de distancia, así como la apertura de nuevos mercados de capitales. La interconexión económica ha dado pie al aumento de la productividad de las empresas y a la reducción de costos.
¿Qué es la globalización?
El significado de esta palabra ha originado posiciones e interpretaciones ambiguas, en diferentes aspectos. Algunos autores han asociado este término sólo al ámbito económico, considerándolo un proceso que abarca varias economías nacionales en una sola economía mundial. Sin embargo, otros coinciden en que la globalización está presente en la actividad tecnológica, comercial, cultural y social, entre otras áreas.
Lo cierto es que la complejidad de este fenómeno ha obligado a los empresarios a llevar a cabo nuevos desafíos para la captación de otros clientes. El surgimiento de la globalización no es nada nuevo, es un proceso que se ha venido gestando de la mano del desarrollo de las comunicaciones y de la tecnología.
Según la Real Academia de la Lengua, la globalización es "la tendencia de los mercados y las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales". Hay quienes se han opuesto a los beneficios de este proceso, justificando que este fenómeno sólo favorece a las economías y países más desarrollados. Otros en cambio lo ven como un cambio de paradigma, en el que ahora podemos interconectarnos, en tiempo real, con una persona que esté al otro lado del mundo.
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